Y hay días como estos, donde no existe el límite entre uno y otro, dónde no se si fue ayer que me levante o hoy que cocine. Días que se mimetizan y se entrelazan unos con otros donde no hay días ni noches.
Días que como si fueran un espiral se confunden, y ni yo misma de donde estoy.
Días de llantos y desbordes, de lactancia dolorosa, de no querer comer lo que te preparo…
Días como estos, donde pusiste la mejor cara cuando viste ese regalo que te mando tu tío P.
Días en que por primera vez te quedaste dormido de tu buhito nuevo de peluche.
Días de primeras veces, de tu primera armónica, flauta y pandero.
Días en que me abrazas y todo desaparece esos micro segundos, donde si te miro a los ojos veo tu ternura infinita.
Y así hay días como estos, días únicos, locos, cansados…
Días comunes y corrientes como todos, pero que contigo se vuelven tan extraordinarios a la vez.
¿Tus días cómo son?
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